A pesar de los avances que ha desarrollado la ciencia, el estudio que más validez tiene de cara a la profesión médica y científica, sobre la  sincronización menstrual, es el que realizó, hace más de seis décadas,Barbara McClintock (Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1983) y que no fue publicado hasta 1971 por Nature.

Según esos estudios, las causantes directas del “Efecto McClintock” o “Regulación Social de la Ovulación” son las feromonas. Estas sustancias químicas que segrega nuestro cuerpo y que están estrechamente relacionadas con la sexualidad y la reproducción, tienen unos efectos directos sobre los individuos de nuestro alrededor, provocando que varias mujeres que habitan en una misma casa o pasan muchas horas de su día a día juntas, acaben teniendo al mismo tiempo la menstruación

Las feromonas son secretadas a través de la orina o el sudor (del pubis y las axilas), pero el sentido del olfato humano no está tan desarrollado como el de los animales, por lo que no ‘olemos’ esas sustancias que ha expelido alguien que tenemos cerca de nosotros, pero sin embargo sí que somos capaces de detectarlas involuntariamente y sin darnos apenas cuenta.

Ello provoca que nos sintamos más atraídos o menos por alguien simplemente por las feromonas que desprende y nuestro organismo ha detectado. En el caso de las mujeres que conviven (dejando aparte cualquier componente sexual y/o sentimental), las feromonas hacen que empaticen entre ellas, consiguiendo que se regule sus ciclos menstruales de tal modo que los hace coincidir. Eso sí, esta  sincronización necesita un tiempo de convivencia y una relación estrecha entre esas hembras, predominando el ciclo ovulatorio de una sobre las demás y siendo la regla de éstas la que se ajusta para, finalmente, acabar coincidiendo al cabo de unos meses.

Cabe destacar que,  a pesar de los años transcurridos y la cantidad de estudios realizados sobre el tema, no se ha podido dar una explicación del porqué las feromonas influyen en esta sincronización.

La importancia del estudio realizado por Barbara McClintock ayudó a que una importante parte del mundo científico aceptara la existencia de las feromonas en los seres humanos, algo que hasta entonces se creía que solo existía en los animales, aunque actualmente aun no se sabe con certeza cómo se producen o qué glándulas son las encargadas de producirlas.

Evidentemente hay voces discordantes con las conclusiones McClintock y sitúan el hecho de la sincronización menstrual más cerca de las llamadas “leyendas urbanas” y en caso de ser provocada por algún tipo de hormona sería por aquellas que se liberan a través delhipotálamo, una glándula endocrina que es la parte del encéfalo encargada de regular los ciclos menstruales (entre otras cosas), y señalan como causas de la posible sincronización (en caso de existir) al entorno compartido, número de horas de luz recibida y misma temperatura ambiental.




Via Helecho verde