Fecha del círculo: 22 De junio de 2013
El Círculo fue realizado en la finca Sua Chi ubicada en Suba en el barrio Casa Blanca. La idea principal del circulo era hacer un viaje dentro de nosotras para el reconocimiento de lo divino que habita en el interior de cada una, al tiempo que conectándonos con la energía de nuestras hermanas lográbamos reflejarnos en ellas, conociendo que todas llevamos en nuestros cuerpos, mentes y espíritus algo esencial que fluye nos define y nos definirá en relación con el universo. Reconocernos en unidad fue uno de los objetivos centrales , como circulo de mujeres, enlazado directamente con Gran Madre y todas sus fuerzas, ciclos, transmutaciones. Mirarnos a los ojos, comunicarnos a través de la piel, los abrazos, las lágrimas, las sonrisas, los cantos, todo fluyo para llevar las energías manejadas en el círculo a un nivel muy sensitivo, por lo tanto muy consciente de la mujer propia y la mujer a nuestro lado que sin duda nos refleja.
El día y la noche de ese 22 de Junio estaban cargados de energía especial pues recién había pasado el solsticio de verano, la luna estaba llena, más cerca de la tierra, se sintió fuerte este fenómeno en el círculo pues todas estuvimos despiertas conectadas directamente con esta fuerza lunar y femenina.
El circulo fue abierto aproximadamente a las 3:45 pm con una oración para la apertura del círculo, aproximadamente a las 4:00 pm empezamos con una meditación de regreso al vientre de la madre, que tuvo como objetivo hacer un viaje a través de nuestra memoria y nuestros sentidos a ese momento en el cual físicamente estábamos unidos a otro ser, lo que nos hacia perdernos de nuestra individualidad para integrarnos a otros, en este caso nuestra madre y nuestro padre, reconocernos en ese instante donde aún no sabíamos nada, éramos pequeñas semillas de vida, volver a nacer par desaprender y aprender.
La meditación duro 30 minutos, las chicas reaccionaron de diferentes maneras, algunas muy contentas por la experiencia, sintiendo que despertaban lugares de su memoria que nunca habían trabajado, otras estaban más consternadas por la actual relación con sus padres. Esta meditación fue el comienzo de un reconocimiento de lo muy profundo de cada ser, Una experiencia completamente personal.
Después surgió una actividad no planeada pero que considero una de las más necesarias, que tenía que hacerse desde hace tiempo y el espacio lo permitió; la siembra de la luna, en un gran abuelito árbol de la finca, donde se explicó en qué consistía el ritual de la siembra de la luna, las chicas por primera vez tuvieron una muestra visual directa de la siembra, a la vez que se explicó el uso de la copa.
En otro lugar de la finca llevamos a cabo dos actividades más que incluían el despertar del cuerpo reconociendo a la otra a través de su piel, su olor, su ser… Este ejercicio se practica regularmente en la danza para reconocer a los compañeros en su corporalidad ofreciendo confianza, compresión, sentires… Así funciono esta vez, fue una actividad muy elevada, en el sentido en que cada chica llevaba su viaje, dejando sus cargas a la vez que podía reflejarse en sus hermanas que la acompañaban en el viaje, los olores, las risas los llantos, las pieles, todo reflejaba lo que causó el ejercicio en todas las mujeres.
Esta actividad concluyo aproximadamente a las 5:30 pm seguida de unos ejercicios de yoga con el saludo a la Luna, actividad organizada por Nesly, justo durante la realización de esta actividad una luna llena y amarilla se visualizó saliendo de los cerros.
El circulo de palabra comenzó aproximadamente a las 6:30 pm, todas reunidas alrededor del fuego como hace siglos lo hacían las abuelas, las mujeres del pasado que se reflejaron en nosotras esa noche, en compañía del abuelo tabaco cada una puso su intención, su sentir su pensar, lo que su alma quiso expresar. Hubo palabras sabias, sentimientos muy sinceros, silencios que hablaban de verdades, intenciones, dolores, sueños rotos y otros reparados. Concluyo de esta palabra que alimentó los corazones de cada una de las presentes, que el compartir colectivo de saberes de la vida es primordial para aprender y establecernos como una comunidad de mujeres.
El círculo se cerró a las 7:30 pm con el calor del fuego, las melodías de la pachamama, la noche estrellada, la luna colgada, los sentires de todas las hadas unidos transmutando, afirmándose, cambiando, el circulo tomo su rumbo, todo fluyo de una forma muy hermosa, sentí la unidad, el reconocimiento en la madre, en la hermanas, en eso circulo lleno de magia que se tejió con cada una de nosotras de nuestras simples presencias.
Por: Lunatica Reves.
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